En el corazón de Madrid, la Guardia Civil será inmortalizada en un monumento ecuestre que rinde homenaje a su historia y sacrificio. El proyecto, liderado por el pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau y el escritor Lorenzo Silva, y realizada por el escultor Óscar Alvariño, busca capturar la esencia de la Benemérita en una escultura de bronce a tamaño real.
El proyecto ya ha sido aprobado por el alcalde de Madrid y la Dirección de los Guardias Civiles Honorarios, quienes compartieron la visión de hacer de esta estatua un lugar de encuentro, no solo un monumento distante.
El boceto, fruto de la admiración y respeto hacia la institución, representa a dos guardias civiles a caballo, simbolizando la vigilancia y protección que han brindado a lo largo de los años. La obra será realizada por el escultor Óscar Alvariño Belinchón, bajo la dirección artística de Ferrer-Dalmau, y se ubicará en un lugar emblemático de la capital española.
La imagen de dos jinetes de la Guardia Civil avanzando en armonía no fue un capricho aislado, sino el resultado de un consenso natural entre aquellos que veneran la historia y la figura de este cuerpo. En una reunión de los Guardias Civiles Honorarios, entre los que se encontraba el escritor Lorenzo Silva, surgió la idea de que uno de los jinetes fuera mujer, un gesto hacia la modernidad y la inclusión dentro de la Benemérita. La propuesta fue acogida de inmediato. «Nos reunimos para estudiar la temática de la estatua, y por unanimidad, como si ya lo lleváramos estudiado de casa, coincidimos con el escuadrón de caballería», explica Augusto Ferrer-Dalmau.
Augusto Ferrer-Dalmau no solo pinta escenas, las convoca.
El carboncillo y el óleo cobran vida bajo su trazo: no solo delinean un boceto, sino que erigen una obra de arquitectura emocional. Cuando dibuja un caballo, no lo perfila: lo libera.
Sus crines parecen agitarse antes incluso de que el lienzo esté completo, y sus músculos tensos proyectan una inminencia casi física, como si fueran a salirse del cuadro.
El pintor de batallas trazó el boceto, teniendo en cuenta el gusto común de todos los presentes: «Me tocó realizar el boceto, la postura, los caballos en movimiento al paso, la guardia mirando al espectador con una cara amable, acompañado por un veterano con barba».
La iniciativa ha sido respaldada por la Hermandad de Guardias Civiles Honorarios y cuenta con el apoyo de diversas fuerzas políticas, destacando la importancia de reconocer y preservar la memoria de quienes han dedicado su vida al servicio público.
«El monumento estará formado por dos estatuas de bronce. Una representará a un guardia a caballo vestido de gala; la otra, a una mujer, joven y sonriente», explica el presidente de la Hermandad de Guardias Civiles Honorarios Carlos Gómez Arruche, teniente general retirado del Ejército del Aire y exdirector general de la Guardia Civil.
Con esta obra, Ferrer-Dalmau continúan su compromiso con la difusión de la historia y el arte, ofreciendo una visión contemporánea de la Guardia Civil que honra su pasado y proyecta su relevancia en el presente.
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